El miércoles, 2 de noviembre, en todo el mundo cristiano se celebra el día de los fieles difuntos. Desde que el ser humano es tal, la muerte ha sido algo que le ha atormentado. Todas las culturas, todas las religiones han dado una respuesta ante el hecho de la muerte. Ha sido Jesucristo, con su muerte y resurrección, quien ha ofrecido la solución definitiva. Él venció a la muerte, Él resucitó, y ese mismo destino tendrán los que creen en Él. En el evangelio podemos leer: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá para siempre”.