“El pájaro que quería volar”.
Érase una vez un pájaro que no quería volar. Los sabios de su clan le decían que tenía que hacerlo y le enseñaban todo lo que sabían, pero él no les hacía caso. Vivía feliz en su jardín y se enamoraba de las mariposas y las flores, de los insectos y también de los caracoles. Cada día iba caminando un poco más conociendo todos los rincones del jardín, incluso los más escondidos donde jamás habían llegado pájaros que lo oteaban todo desde arriba. Sus padres murieron cuando él nació pero los que lo adoptaron eran expertos voladores que llegaban a alturas inimaginables para los pájaros comunes, trazando dibujos complicadísimos en el aire. Esto ni le impresionaba ni le inspiraba. Así paso bastante tiempo, tanto que ya todos lo aceptaban y daban por hecho que nunca volaría.